Índice
El contrato de prestación de servicios es uno de los más comunes e importantes a la hora de desarrollar la actividad de un negocio, independientemente de que el profesional sea una persona jurídica (p. ej. empresas, sociedades limitadas, etc.), o una persona física o natural (trabajadores autónomos).
La firma de este tipo de contrato permite acordar la realización de todo tipo de actividades profesionales. A continuación, se recogen las principales características del contrato de prestación de servicios:
Mediante la firma de un contrato de prestación de servicios, un profesional se compromete a prestar un servicio en favor de un cliente siguiendo las directrices o condiciones pactadas, así como de acuerdo con su propia experiencia, con sus conocimientos técnicos y con la forma general de actuar en ese sector. De esta forma, se compromete a llevar a cabo la prestación del servicio actuando por cuenta propia, es decir, el profesional tiene la capacidad de organizarse y de llevar a cabo la actividad de acuerdo con su experiencia profesional.
El cliente puede exigir ciertas condiciones para llevar a cabo la actividad (p. ej. la obligación de utilizar ciertos materiales, la necesidad de prestar el servicio en una determinada franja de tiempo, etc.), pero, estas condiciones no determinarán la forma de prestación y organización del profesional, ya que, de otra forma, nos encontramos ante una relación laboral, tal y como se comentará en el apartado siguiente.
Si bien es cierto que el profesional se compromete a prestar un servicio de forma diligente de acuerdo con su formación, este no puede garantizar al cliente la obtención de un resultado concreto, ya que esto, como veremos posteriormente, es lo que diferencia a este contrato de un contrato de arrendamiento de obra. Así, por ejemplo, un abogado se compromete a resolver un problema legal de forma diligente, en virtud de sus conocimientos y su experiencia, pero no puede asegurar que el cliente vaya a ganar el juicio; un fisioterapeuta se compromete a actuar de forma adecuada de acuerdo con sus conocimientos, pero no puede garantizar que curará de forma satisfactoria al paciente, ya que los resultados del tratamiento varían de un paciente a otro.
Una vez definido en qué consiste un contrato de prestación de servicios, es necesario señalar las principales diferencias de este contrato con los otros dos contratos que permiten también regular la realización de una actividad en favor de un cliente: el contrato de arrendamiento de obra y el contrato de trabajo.
Como se ha indicado anteriormente, mediante la firma de un contrato de prestación de servicios el profesional se compromete a llevar a cabo una actividad, sin asegurar en su totalidad la obtención de un determinado resultado. En contraposición a esto, el compromiso de obtener un determinado resultado concreto tiene lugar únicamente mediante la firma de un contrato de arrendamiento de obra.
Así, en el caso del contrato de arrendamiento de obra, el profesional cumplirá con su obligación una vez que el cliente obtenga el resultado deseado, frente al prestador de servicios que cumplirá una vez que haya llevado a cabo su actividad de forma diligente, independientemente del resultado. Por ejemplo, si las partes acuerdan el desarrollo de un software determinado, se cumplirá el contrato una vez que el programador haga entrega del software con las especificidades negociadas; o si se acuerda la construcción de una piscina siguiendo una serie de características establecidas por el cliente, se cumplirá el contrato de obra una vez terminada la construcción.
La principal diferencia de un contrato de trabajo respecto a un contrato de prestación de servicios es la existencia de una situación de dependencia entre la persona que desarrolla la actividad (denominada trabajador o empleado) y la persona que ofrece el trabajo a cambio de una remuneración (denominada empresario o empleador, o coloquialmente, jefe). De esta forma, el contrato de trabajo regula la relación laboral de un empleado con su jefe o empleador, mientras que, en un contrato de prestación de servicios, se regula un acuerdo privado entre dos partes independientes por el que una de ellas, el trabajador autónomo o profesional, se compromete a prestar un servicio en favor de un cliente de forma independiente y por su propia cuenta.
En todo caso, a pesar de que la nota de independencia y ajenidad es la principal diferencia, existen otros elementos que diferencian ambos tipos de contratos, y que se detallan en una nuestra guía "¿Cuáles son las diferencias entre un contrato de trabajo y un contrato de prestación de servicios?".
Además de determinar claramente la actividad que será objeto del contrato, es necesario tener en cuenta la inclusión de alguna de las siguientes cláusulas relevantes a la hora de llevar a cabo la firma de un contrato de prestación de servicios:
Independientemente de lo anterior, las partes podrán regular todos aquellos aspectos que estimen oportunos en el contrato en virtud del principio de libertad de contratación. Así, se podrán incluir cláusulas de no competencia, de confidencialidad de la información, de protección de datos, etc.
El contrato de prestación de servicios puede incluir cualquiera de los siguientes tipos de actividades o servicios:
El contrato de prestación de servicios permite regular el desarrollo de cualquier actividad en favor de un cliente siempre que no sea contraria a la ley.
El contrato de prestación de servicios es uno de los más relevantes, ya que permite regular la realización de una actividad por parte de un profesional en favor de un cliente. Esta actividad se realiza de forma ajena e independiente por parte del profesional respecto del cliente, aspecto que lo diferencia de los contratos de trabajo.
Este tipo de contrato permite regular todo tipo de servicios, ya sea la realización de una determinada prestación material (p. ej. la realización de un servicio de catering o de comidas), una prestación inmaterial (p. ej. la elaboración e impartición de clases de idiomas), o una determinada actividad en favor de otras personas (p. ej. servicios de ayuda a domicilio de personas mayores).
Por último, además de definir claramente el servicio objeto del contrato, el contrato de prestación de servicio deberá regular aspectos esenciales como el plazo de ejecución del servicio, las instrucciones del cliente que se deberán seguir para llevar a cabo la actividad o el precio de la actividad, entre otros.