Como consecuencia del desarrollo tecnológico y la digitalización, se han creado nuevos perfiles y profesiones, y ha obligado al mercado a evolucionar, y nosotros junto a él. Hace poco más de diez años, había multitud de trabajos que no existían y que hoy en día son esenciales para el buen funcionamiento del mercado. Por ejemplo, la figura del community mánager era impensable hace poco más de 15 años, y ahora es una figura indispensable si una empresa desea tener visibilidad en el mercado.
En esta guía legal se van a analizar algunos de los nuevos trabajos que ha traído la tecnología, indicando los tipos de contratos que se debe firmar, así como aspectos interesantes de los mismos. Todos estos contratos se encajan dentro del sector de la prestación de servicios, aunque cada uno de ellos tienen aspectos que los diferencia de los otros.
Uno de los contratos que cada vez es más común a día de hoy es el contrato de influencer. Este fenómeno ha crecido a lo largo de los años gracias a la masificación en el uso de los teléfono inteligentes ya que cada vez más personas utilizan las redes sociales diariamente, teniendo las publicaciones de los Influencers un impacto importante en las decisiones de las personas. Para ello es importante que las empresas anunciantes encuentren un Influencer que tenga una potente interacción con sus seguidores y buenos dotes de comunicación para dar a conocer sus productos o servicios, asegurándose de que los valores de éste estén en conexión con los suyos.
¿Qué es un influencer?
Un influencer es una persona que tiene la capacidad de llegar a miles de personas (potencionales consumidores) a través de plataformas digitales e influir en sus tomas de decisiones diarias gracias al contenido que crean (son creadores de contenido digital). Debido a este contenido, consiguen que muchas personas les sigan en las redes sociales (seguidores), generando un número muy elevado de visualizaciones y comentarios por parte de estos seguidores. Cuando se habla de influencers se hace referencia a instagramers, bloggers, youtubers, viners, snapchatters, e incluso periodistas y activistas, entre otros.
Mediante el contrato de influencer, una parte (el anunciante) pretende promocionar su marca a través del prestigio y reconocimiento de la otra (denominada influencer) en las redes sociales, a cambio de una retribución de naturaleza económica o en especie. La relación entre el anunciante y el influencer puede ser tanto de manera esporádica, para una campaña y para uno o varios productos concretos, o de manera duradera.
¿Qué cláusulas son convientes añadir el contrato?
- El objeto del contrato (se deberá especificar de la forma más detallada posible, en qué va a consistir la colaboración entre la marca y el influencer);
- El número de publicaciones que deberá hacer el influencer en sus redes sociales;
- El número mínimo de hashtags o palabras claves, o incluir en el post un lema de la marca, entre otros;
- El tipo o tipos de canales a utilizar para promocionar la marca (Instagram, Facebook, Twitter, YouTube, entre otros);
- La duración del contrato (si es para una campaña concreta o de duración prolongada en el tiempo);
- La forma del pago de la contraprestación (retribución económica o en especie);
- La exclusividad del influencer (la posibilidad o no de que el influencer ofrezca sus servicios a otras marcas) y/o del anunciante (la posibilidad o no de que el anunciante trabaje con otros influencers);
- Posibles penalizaciones por una supuesta compra de seguidores, likes, visualizaciones, comentarios y demás contenido generado fraudulentamente;
- Propiedad del contenido, copyrights, licencias y autorizaciones para el uso del contenido de terceros.
Otro ejemplo claro de la transformación laboral de los últimos años como consecuencia de la era digital ha sido la aparición de la figura del social media mánager o community mánager. Hasta hace pocos años, esta figura era irrelevante ya que el mundo de las redes sociales todavía no estaba tan desarrollado como ahora. No obstante, hoy en día, la mayoría de consumidores se encuentran a un "click" de distancia de información a nivel mundial que le permiten comparar y evaluar cada bien, producto o servicio que desee. Por ello, cualquier empresa que quiera tener visibilidad en el mercado tiene que hacer uso de esta figura con la firma de un contrato de community mánager.
El contrato de community mánager consiste en la contratación de personas especializadas en el manejo y gestión de redes sociales. El trabajo de los community mánager es muy diverso, conlleva tanto la publicación de contenido en redes sociales, como la elaboración de la estrategia digital con el fin de posicionar la marca y dar al consumidor una experiencia positiva. Entre los servicios que puede prestar, nos encontramos con:
¿Qué es SEO, SEM, SMO y ORM?
- SEO (son las siglas de Search Engine Optimization, en español "optimización para motores de búsqueda"): el SEO es el proceso de mejorar la visibilidad (el posicionamiento) de un sitio web en los resultados de Google, Bing, u otros buscadores de internet.
- SEM (son las sigles Search Engine Marketing, en español "mercadotecnia en buscadores web"): al igual que el SEO, consiste en mejorar la visibilidad de un sitio web de la lista de resultados de buscadores de internet, pero mediante acciones de marketing pagadas. Es decir, se paga a los buscadores de internet (Google, Bing, etc) para que el sitio web se muestre entre las primeras opciones.
- SMO (son las sigles Social Media Optimization, en español "optimización por redes sociales"): consiste en utilizar las redes sociales para ampliar la presencia digital de una marca. Se trata por tanto de crear contenido en los sitios propios de la marca (cuenta de Twitter, de Instagram, blog corporativo, etc…), y facilitar que el usuario pueda compartir el contenido en redes sociales con el objetivo de que se viralice.
El community mánager elaborará un Plan de Social Media Marketing o Social Media Plan en el cual se recogerá con detalle las estrategias de redes sociales que se van a llevar a cabo para alcanzar los objetivos de marketing de la empresa. El community mánager actuará como interlecutor de la empresa, y gestionará y revisará que los usuarios obtengan una experiencia positiva.
Además del auge de las redes sociales, también han aumentado los servicios relacionados con el mantenimiento de los sistemas informáticos. Se considera como sistema informático todos los ordenadores, portátiles, servidores, así como todo el hardware o componentes que permiten su uso (como pueden ser discos duros, routers, impresoras, escáneres, etc.) y el software que permite el uso de dichas máquinas o sistemas (p. ej. su sistema operativo).
Ejemplos de sistemas informáticos:
- Los ordenadores o portátiles de un cliente.
- Las redes informáticas, consistentes en un conjunto de ordenadores, portátiles u otros dispositivos interconectados.
- Uno o varios servidores interconectados.
- Los escáneres o fotocopiadoras utilizados dentro de una red.
- El conjunto de dispositivos que permiten conectar uno o varios ordenadores a internet.
Por tanto, mediante un contrato de mantenimiento de sistemas informáticos, una persona puede acordar con un técnico o empresa el mantenimiento y soporte necesarios para garantizar el correcto funcionamiento de un sistema informático (como pueden ser redes locales, de servidores, de fotocopiadoras, etc.) sobre el que uno o varios clientes tienen derecho de uso, a cambio del pago de un precio o de forma gratuita. Se podrá pactar la revisión periódica de las redes, la resolución de consultas sobre posibles problemas, la instalación de nuevos dispositivos o actualizaciones, etc. Además, el técnico podrá prestar servicios adicionales de limpieza del sistema (p. ej. borrado de cookies o software inútil) así como labores de asistencia urgente para la reparación de posibles averías en el sistema.
Al igual que ocurre con el contrato anterior, la era digital ha hecho necesario la aparición de profesionales que se ocupen del mantenimiento y soporte de los softwares o programas informáticos.
¿Qué se considera como software o programa informático?
Se considera como software o programa informático toda aquella secuencia de instrucciones o indicaciones destinadas a ser utilizadas, directa o indirectamente, en un sistema informático (como puede ser un ordenador, un servidor, una tableta o un teléfono móvil) para realizar una función o una tarea específica, independientemente del lenguaje de programación utilizado para su creación.
Dentro de este término se incluirían todo tipo de programas informáticos, como pueden ser los dedicados a la gestión empresarial, al diseño industrial, la organización de stocks, procesadores de texto y páginas web. También se incluirían todo tipo de aplicaciones (apps) o programas diseñados para su ejecución en teléfonos móviles o tabletas.
Por tanto, si se tiene contratado un software y se necesita ayuda, la persona tendrá que firmar un contrato de soporte y mantenimiento software, mediante el cual se acuerda con un programador informático o desarrollador el mantenimiento y soporte necesarios para garantizar el correcto funcionamiento de uno o varios software o programas, a cambio del pago de un precio o de forma gratuita.
En ocasiones, puede ocurrir que, además del mantenimiento, se acuerde el desarrollo o creación de un nuevo software, o de módulos o partes del software personalizados para el cliente (es decir, una adaptación de un software a las necesidades concretas del cliente). En este caso, se debería negociar la firma de un contrato de desarrollo de software en el que se recoja el alcance del nuevo software o aplicación que se desea desarrollar.